La Talcahuano es la primera banda marcial del país. Pertenece al RIM 11 General Las Heras, Tupungato, y festejó junto a más de 3.000 personas sus 200 años de vida.
El capitán Daniel Moreno desplegó su batuta por el aire de la cancha Malvinas Argentinas en la tarde de ayer, y los casi 50 instrumentos de la banda Talcahuano del RIM 11 General Las Herasdieron rienda suelta a un alegre repertorio; que incluyó desde las tradicionales marchas militares hasta bailes de cuecas, tangos, sayas, temas de Enrique Iglesias y hasta una coreo con la música de la Guerra de las Galaxias.
Entonces, las más de tres mil personas reunidas en el predio estallaron en ovación, celebrando el ingenio y la capacidad de los músicos de interpretar con igual destreza temas del protocolo militar y de la cultura popular.
Es el perfil que heredaron de los 16 esclavos negros, quienes fueron los primeros integrantes de esta formación, creada hace 200 años para acompañar al Ejército de Los Andes y que se convirtió en la primera banda militar del país.
Justamente, su bicentenario fue lo que festejaron ayer los miles de valletanos, que se reunieron enTupungato. La empatía que este pueblo tiene con su regimiento quedó de manifiesto ayer. La movida comenzó al mediodía, cuando ciento de familias llegaron al lugar para almorzar allí y pasar el día. Sin embargo, en la siesta las colas de vehículos sumaban kilómetros y kilómetros y el predio se venía abajo de gente.
Un día como hoy, pero de 1816, don Rafael Vargas -un acaudalado vecino de entonces- le obsequió alGeneral San Martín la banda de esclavos que él tenía para alegrar las tertulias en su casa y desde entonces los músicos se sumaron al frente de batalla. Hoy tendrán lugar los actos protocolares del ‘cumpleaños’ de la banda Talcahuano, pero ayer fue el gran festejo con la comunidad.
Seis bandas militares llegaron desde distintos puntos de Cuyo para sumarse con su música a la celebración. «Estamos felices, la participación de la gente ha superado nuestras expectativas», confesó Daniel Moreno, maestro de la banda desde hace cuatro años.
«Este es un espectáculo hermoso. Vinimos con toda la familia y mis hijos están re entusiasmados», comentó Mariela Battistoni, quien recordó que los suyos tienen un afecto especial por el RIM11, porque su abuelo Ismael Amicone fue por mucho tiempo el fotógrafo oficial.
Pese al día nublado y frío; la gente llegó con los equipos de mate, con canastos de comida, con mesas y sillas de camping dispuestas a disfrutar. Bailó, paseó por los puestos de comida y de artesanos, cantó los temas de la banda, los filmó con sus celulares y hasta pudo sacarse fotos con los intérpretes hacia el final.
Ajeno a la multitud de su entorno, Valentino Luna analizaba una vieja ametralladora Colt, de las que se usaron en la Primera Guerra Mundial. A su lado, unos niños se fotografiaban con un soldado camuflado para montaña. Sucede que el museo del RIM11 sacó unas 70 piezas de su muestra para exponerlas a los vecinos.
«Parece que no, pero escucharlos me emociona, todo esto cala hondo», confesó Ambrosio Magallanes Ríos, un tupungatino que ingresó a la banda a los 15 años porque le gustaba la música y reconoce que pasó «grandes momentos» y conoció a muchos amigos allí. Agustina Rosales y Marcos Fate (13) ensayaban la marcha a la Bandera en trompeta y saxo.
Pertenecen a la banda infanto juvenil de Carmensa, General Alvear. Lo propio hacían Roberto Méndez y Francisco Di Santo de la banda de militares retirados. También tuvo su momento de gloria el ballet boliviano Fraternidad Fuego del Caporal del Cordón del Plata, quienes decidieron estrenar sus trajes nuevos con las canciones de la banda Talcahuano.
Integrada por 16 esclavos negros
La Talcahuano fue la única banda militar que cruzó la cordillera de los Andes y es considerada la primera del país, porque sus músicos y su repertorio fueron íntegramente formados en estas tierras.
San Martín se preparaba para el cruce y pedía colaboración al pueblo mendocino. Así como las damas donaron sus joyas, don Rafael Vargas le obsequió la banda conformada por sus 16 esclavos negros.
Aquella donación al incipiente Batallón 11 de Línea -que tuvo lugar el 1 de agosto de 1816- significó la liberación de los esclavos, pero también la imposición de ir al frente de batalla.
El Ejército se encontró con una banda totalmente consolidada, que sabía tocar tanto los toques formales de un frente de guerra, como los valsecitos y demás canciones populares.