La eliminación por parte del Gobierno nacional de la devolución del 5% del IVA por pago con débito en las compras de hasta a mil pesos, generó disgusto e incertidumbre en comerciantes minoristas y diferentes organizaciones de Mendoza.
Luego de la caída histórica en las ventas minoristas en la provincia durante el 2016, que acumuló un promedio anual del 7,94%, los comerciantes de diferentes rubros se manifestaron preocupados por la disposición del Ejecutivo nacional, ya que aseguran que los mendocinos y turistas argentinos realizaban muchas de sus compras con este medio.
De los locales ubicados en el microcentro de Ciudad, los vendedores de celulares, restaurantes y de paquetes turísticos indicaron que temen que sus ventas disminuyan en las próximas semanas, mientras que los locales de ropa y zapatos se mostraron indiferentes ante la novedad, ya que sus promociones giran entorno a las compras en efectivo.
«Era un incentivo de compra. Que con este cambio me hace sentir vulnerada, porque primero te prometen algo y luego te lo quitan», comentó la consumidora María Rosa Romero, quien agregó que «los bancos te alentaban a utilizar la tarjeta de débito por el beneficio que generaba era para todos, y ahora se terminó».
Estos planteos fueron apoyados por el titular de la Asociación de Pequeños Y Medianos Empresarios (Apyme), Enrique Tarditti, quien criticó al Gobierno nacional y repudió la decisión, señalando que «esto sólo perjudica al sector más vulnerable de la sociedad”.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) también se sumó a los reclamos, añadiendo que «cualquier reducción de incentivo al consumo resulta relevante teniendo en cuenta la caída de 12 meses consecutivos de las ventas minoritas, con una baja interanual promedio del 7%».
La eliminación de un beneficio y la incorporación de un impuesto “desincentiva las operaciones formales, en un contexto donde el aumento de la venta ilegal continúa expandiéndose descontroladamente».
El economista local Jorge Day analizó la decisión y la problemática planteada por los empresarios, y determinó que «la medida sólo perjudica a los consumidores”.
“En temas de impuestos siempre tenés el que se beneficia y el que sale perjudicado, en este caso es el Estado que va a poder recaudar más en todo sentido. No así para los consumidores, que deberán afrontar nuevos gastos”, mencionó Day.
El especialista señaló que “esta situación preocupa porque la presión impositiva está en niveles muy altos, y la quita de este beneficio implica la incorporación de un nuevo impuesto, retirado desde el 2001”.







