El 15 de abril, el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes determinó la suspensión de las cirugías programadas en la provincia, salvo algunas excepciones. El nivel de ocupación de las camas críticas del sistema sanitario por la segunda ola de covid-19 llevó a tomar la decisión, tal como había ocurrido el año pasado.
La cartera que comanda Ana María Nadal estableció que las únicas intervenciones habilitadas serían cirugías ambulatorias y las de estadía corta (hasta 24 horas), así como todas aquellas que impliquen un riesgo de vida y/o agravamiento de la salud de las personas.
La medida se dispuso tanto para el sector público como para el subsector privado y, luego de varias prórrogas, este lunes se volvió a extender la restricción hasta el 15 de junio. De esta manera, se llegarán a cumplir, al menos, dos meses sin «normalidad» en ese área.
Desde Salud explicaron que, comúnmente, se realizan 40 mil cirugías anuales entre programadas y de urgencia. A un promedio de 3.300 intervenciones por mes, lo cierto es que a pesar de la resolución que limita las operaciones, la caída estadística no fue tan importante.
Durante los primeros 40 días de la suspensión, se realizaron unas 2.900 cirugías programadas que quedaron exceptuadas de la medida. En este número no se cuentan situaciones de urgencia como, por ejemplo, las que surgen tras un accidente o una circunstancia especial.
Según el último informe epidemiológico, la ocupación de Unidades de Terapia Intensiva (UTI) alcanza 85,14% en toda la provincia, mientras que en el área metropolitana esta cifra asciende al 89,33%.
