La provincia de Santa Cruz atraviesa una de las crisis más complicadas de su historia.
El lunes la gobernadora Alicia Kirchner tuvo que atrincherarse en la Casa de Gobierno por la convocatoria de padres, jubilados y docentes que decidieron marchar en contra su conducción. Luego de nueve horas, la gobernadora logró salir del edificio a las 4 de la mañana.
Frente a la protesta y reclamo docente por un salario “digno”, Kirchner había ofrecido apenas un tres por ciento de aumento, lo que provocó la furia de los gremios, quienes se sumaron a jubilados y distintos trabajadores para reclamarle soluciones al Ejecutivo.
La gobernadora quedó encerrada tras una conferencia de prensa que realizó dentro de Casa de Gobierno. Fue entonces que los manifestantes concurrieron al lugar y bloquearon las entradas esperando ver salir a la gobernadora, algo que no paso.
En la última semana de marzo, los docentes decidieron parar por 120 horas, marcharon con el resto de las filiales el día de la reunión paritaria y cortaron las calles al haber recibido como oferta un 3% de aumento. Al mismo tiempo, tomaron el Ministerio de Economía reclamando por el pago de la totalidad de los sueldos correspondientes del mes de febrero.
Frente a esto, la gobernadora de Santa Cruz le pidió ayuda financiera al gobierno nacional, para poder hacer frente al gran número de deudas que tiene con los trabajadores.
