A partir de hoy los comercios tendrán que diferenciar entre el precio de contado y el financiado. De este modo, es que las cámaras y especialistas indican que los valores de los productos de bienes durables pueden bajar entre un 10% y 35%.
No obstante, todo son suposiciones. “Esto podría ser al revés y los precios de los bienes durables terminen aumentando”, remarcó el economista Rodrigo González de Fundación Ideal.
Lo que sí está claro es que a partir del primer día de febrero entra en vigencia el programa oficial “precios transparentes”, según la resolución 51-E/2017 de la Secretaría de Comercio, que obliga a los comercios a exhibir el precio de contado, el precio total financiado, el anticipo si lo hubiere, la cantidad y monto de cada una de las cuotas, la tasa de interés efectiva anual aplicada y el costo financiero total.
En este marco, González explicó que lo que viene sucediendo hace años es que el consumidor, pague de contado o financiado, abona el mismo valor.
Pero en realidad, el precio que colocan los comercios en sus productos es el financiado que es el valor real del producto más los intereses que le cobran las tarjetas de crédito por ofrecer cuotas. O sea, los comercios trasladan al consumidor el costo que las entidades bancarias les cobran a ellos en el precio final del bien.
De este modo, el consumidor que abona en un sólo pago termina pagando el producto más caro e igual que aquel que lo compra financiado por lo que el costo de las cuotas “sin interés” quedaba camuflado en el precio final.
Así las cosas, “lo que busca el Gobierno es transparentar los valores y que el consumidor elija la mejor opción teniendo en cuenta los diferentes precios”, expresó González. No obstante, indicó que también lo que puede suceder es que los precios en un pago queden como están y lo que aumenten sean los valores financiados. “Habrá que ver ahora qué pasa”, remarcó el profesional.
