El lasherino fue condenado a 13 años de cárcel por un secuestro millonario de marihuana. Otros integrantes de la banda también fueron hallados culpables. La investigación y los argumentos de los jueces.
Para la Justicia federal, no quedaron dudas: Matías Facundo Fido Díaz es un jefe narco que estuvo involucrado como organizador y financista de un millonario cargamento de casi 500 kilos marihuana que fue incautado en la casa donde vivía su hermana, sobre callejón Comunero sin número de Las Heras, la tarde del 18 de marzo del 2020.
Díaz se hizo conocido cuando terminó tras las rejas en la causa por la desaparición en abril del año pasado de Abigaíl Carniel (18) en el barrio Sargento Cabral del citado departamento.
Desde ese momento, perdió su condición de hombre libre: si bien no se ha podido comprobar que tuvo relación con el caso de la joven de 18 años, la Justicia federal, luego de una serie de investigaciones de la Policía contra el Narcotráfico (PCN), lo procesó por lavado de dinero y la citada causa por el megacargamento de droga que venía desde Paraguay.
El 10 de agosto, Díaz fue sentenciado a 13 años de cárcel por la incautación de drogas. Y, unos días antes, el fiscal federal Fernando Alcaraz pidió que lo investiguen por otro secuestro de marihuana en Las Heras. Se trata de una incautación de unos 11 kilos de esa droga que eran parte del cargamento mayor, los cuales iban a ser distribuidos en el barrio Sargento Cabral el 11 de abril del 2020.
A pesar de que aseguró lo contrario, en el reciente debate se demostró que era el hombre que daba las órdenes en un grupo delictivo que integraban su mano derecha y amigo, Gustavo Ariel Gata Valle Vicedo; su hermana Fanny Negra Tina Díaz y el custodio de los panes en el galpón, Miguel Ángel Pitu Ibazeta.
Por eso rambién recibieron penas de entre 7 y 9 años de encierro.
Gracias al secuestro de teléfonos celulares, los policías de la PCN descubrieron cómo era el modus operandi de la organización, los transacciones que realizaban, el dinero que recaudaban y las estrategias defensivas para intentar evitar la cárcel.
Los diálogos entre el Fido y Valle Vicedo fueron determinantes para confirmar las sospechas. También, los que mantenían la Negra Tina y el Pitu Ibazeta mientras la droga permanecía oculta en el callejón Comunero del barrio Los Ciruelos.
Cuando se inició el debate, los cuatro procesados manifestaron su voluntad de contar su verdad. De acuerdo con fuentes judiciales, se trató de una movida para intentar despegar al Fido como jefe de la banda.
En los alegatos de las partes, al turno de la fiscal María Gloria André, quedó claro totalmente lo contrario, es decir, que este hombre era quien daba las órdenes y financió la llegada del cargamento en un camión con patente paraguaya.
El primero en hablar fue el Gata Valle. Prácticamente, confirmó su participación en las maniobras delictivas. Ante las partes contó que le prestaron dinero para gestionar la llegada del vehículo con la droga y que sólo le pidió al Fido que lo ayudara y le consiguiera un galpón. “Fido sólo debía guiar el camión”, describió. Agregó que se le hizo difícil por el movimiento policial y que Díaz decidió llevarlo hasta Godoy Cruz.
Por último, explicó que los días previos al 18 de marzo necesitaba guardar la carga de droga y Díaz ofreció la casa de su hermana, que estaba siendo cuidada por el Pitu Ibazeta porque la mujer se encontraba enferma.
Luego fue el turno del Fido. El jefe narco que supo estar involucrado con la barra de Independiente Rivadavia se desprendió de las acusaciones y declaró que nunca organizó ni financió ningún cargamento. Es más, hasta señaló que Valle fue quien lo contrató para guiar el camión. En varios tramos de su declaración, reiteró que él trabajaba para Gustavo Valle.
Habló un largo rato y también intentó desligar a su hermana al afirmar que ella no sabía nada sobre la llegada de los 472 kilos de marihuana y que se enojó con él cuando se enteró sobre el allanamiento de la PCN en su propiedad.
Por último, el Pitu Ibazeta detalló que cuidaba la casa de la Negra Tina porque estaba enferma y que iba de a ratos porque vivía cerca. Agregó que necesitaba la plata porque había chocado un auto de la mujer y que no tenía cómo pagarle.
Nada de lo que dijeron los narcos pudo comprobarse en el proceso. Una vez que comenzaron a analizarse las pruebas incorporadas, su situación comenzó a complicarse.
Es más, hasta policías de la PCN que declararon en el juicio aportaron pruebas concretas sobre otros miembros de la banda posicionados en una escala menor con respecto a la jerarquía, los que no fueron investigados en los casi dos años que duró la instrucción.
En la estructura de la organización quedó claro que el Fido era el jefe, que el Gata Valle cumplía sus órdenes en la calle y que Ibazeta era uno de los integrantes con menor rango, debido a que respondía a lo que pedía a Negra Tina.
El Fido Díaz organizó, coordinó, recibió y ocultó el cargamento de 532 ladrillos (472,280 kilogramos) que venían desde Paraguay. El análisis de múltiples mensajes de texto y audio de WhatsApp que encontraron en los teléfonos celulares de los sospechosos y la descripción de la prueba que realizaron los policías de la PCN fueron fundamentales para llegar a la sentencia condenatoria.
En uno de los audios, momentos antes del arribo del camión con el cargamento, el Fido le dijo a Valle: “Hermanito, escuchame, yo recién recién recién estoy viendo el camión, recién en este momento, ¿entendés? Y estamos acá, a treinta minutos del lugar, así que estamos joya, estamos joya joya joya. Así que, dale tranquilo, ya llego, hermanito”.
Y agrega en otro: “Cumpa, aguanten un toque encima que viene lento, culiado. ¿Sabés por qué viene lento? Porque se le ha hecho mierda la cubierta de atrás, boludo, y viene el camión saltando para todo lados, boludo. Venimos acá, estamos ahí de toque, qué culiado”.
Los detectives explicaron que el Fido, para el 15 de marzo del 2020, cuando llegó el pesado rodado desde Paraguay, era quien tenía el control del arribo de la droga a la provincia.
Fue quien interceptó el camión, lo custodió y lo guió hasta el depósito para luego darle órdenes al hombre de confianza que lo secundaba. “Contaban con un cúmulo de personas llamadas ‘indios’, ‘chicos’ o ‘la banda de los pibes’, que oficiaron de ayudantes para la descarga de los panes”, agregaron.
El análisis de las comunicaciones del teléfono de la Negra Tina también fue clave para conocer cómo se movía la organización y el lugar que debía ocupar cada uno.
Una de las conversaciones entre la hermana del Fido y el hombre que debía custodiar la droga en el galpón del barrio Los Ciruelos –el Pitu– también fue fundamental, debido a que la involucró directamente con la organización cuando intentó desligarse en el proceso oral. Además, sirvió para interpretar que la Negra Tina ubicó a su hermano como jefe de la banda.
Sucedió unas horas antes del allanamiento, cuando policías que desconocían sobre la investigación narco llegaron hasta la propiedad porque buscaban a un hombre que vivía en la zona y tenía una causa de violencia de género, lo que provocó temor de uno de los protagonistas.
Fanny: Ahí va el Gata de nuevo para allá, tranquilo, jaja.
Ibazeta: Están los cobani afuera
Fanny: ¿Afuera de dónde?
Ibazeta: De la casa.
Fanny: ¿Un patrullero? ¿Qué, está parado?
Ibazeta: Buscan a la familia Oropel.
Fanny: ¿En la casa están preguntando?
Ibazeta: Una camioneta.
Fanny: ¿Pero golpearon en la casa?
Ibazeta: ¿Me tomo el palo por los techos? ¿Sí o no?
Fanny: No. No te persigas. ¿Qué les dijiste? ¿Ya se fueron?
Ibazeta: No, lote 6. Flia. Oropel. ¿Qué hago?
Fanny: No, no, aguantá. Cerrá, pues; decile que ahí no vive. Ahí llega el Gata, Pitu.
Ibazeta: Acá está el Gata.
Fanny: Qué cagazo. Se te tiene que haber llenado el culo de pregunta.
Ibazeta: Me recagué.
Fanny: Sí, boludo, nosotros también. Claro, boludo, mirá si hubieras salido de vuelo, jaja nada que ver. Era por el viejo culiado de al lado.
Ibazeta: Era para pensarla, creo.
Fanny: Más vale.
Ibazeta: No soy cagón, pero justo hoy vinieron.
Fanny: Bueno. Igual, si querés mañana le digo a mi hermano que deje alguien ahí.
Ibazeta: No, si no me morí de un infarto ahora, ya no.
Fanny: Dale, amigo, hablamos mañana, tenete el celu cargado. Me llamás cualquier cosa.
Por su parte, la relación Fido-Gata con la comercialización de drogas también quedó clara con el análisis de los chats.
Matías Díaz era quien daba las órdenes y Valle las acataba. “Fido era quien organizaba el traslado, la descarga y el movimiento de la droga. En definitiva, era quien tenía plena disposición y manejo sobre la sustancia estupefaciente», se desprende de las conclusiones a la que arribaron los jueces que condenaron a la banda.
Fido: ¿Cómo vamos con lo nuestro? ¿Está saliendo?
Valle: No, nadie ha pedido más. Me han hablado que va lento, que no sale nadie. El miembro me dejó los 150 el sábado
Fido: ¿Cuánta plata tenés juntada?
Valle: 150 y 60, y el Pato tiene más en su casa. Ahí me dice bien (…).
Fido: Esa tratá de juntarla toda junta, cumpa, y vamos a estar gastando de lo otro, ¿me escuchás? Ahí vamos a volver a recuperar un poco porque acordate de que yo saqué de lo otro. 650, 680, en realidad ¿y cuánta mercadería queda?
Valle: 4.310, pero el Pato creo que vendió 100. Ahí, a las 4, me dice todo bien cuando llega. Sería 775. 3 enteros y 50. Y tiene 22.600 más allá.
Fido: hay que llevar bien la cuenta, hermanito, con eso. No te duermas en nada porque una cosita nos van a dormir 20, 30; vos viste. Yo confío en vos, nomás, pero en nadie más ¿entendés? Llevá bien la cuenta esa.
Lo cierto es que este no fue el primero de los debates contra la banda. El Fido está acusado por lavado de dinero (habría adquirido coquetas propiedades con las ganancias de la actividad delictiva) y el 31 de este mes está fijado el otro proceso por los 11 kilos secuestrados en el barrio Sargento Cabral el 11 de abril.
En ese caso están procesados Valle y Nicolás Gordito Nico Monsalvo, quien fue capturado en febrero de este año luego de que su hijo de un año falleciera ahogado en el barrio Las Viñas, de Las Heras.
Para los investigadores policiales de la PCN, y también el fiscal Fernando Alcaraz, el Fido debe responder en esa causa porque lo secuestrado era parte del cargamento mayor que llegó desde Paraguay un mes antes.
