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El dato clave para convencer a los docentes

La paritaria con el SUTE tiene un intervalo hasta el 15. Pero en estos días, el Gobierno reforzará la comunicación de la cláusula gatillo: podría representar un aumento extra «en el básico» durante el segundo semestre. Además habrá una sorpresa: más dinero para útiles e indumentaria.

Es tiempo de guerra fría para el Gobierno y el SUTE. Mientras el gremio docente dispara una campaña en la que asegura que en la era Cornejo disminuyó la participación de la educación en el presupuesto general, el Poder Ejecutivo busca reforzar su bala de plata: una cláusula gatillo que impediría que los sueldos pierdan con la inflación en el trascurso de 2018.

Las partes no volverán a verse las caras en la Subsecretaría de Trabajo hasta el 15. Pero nadie puede perder el tiempo, con el inicio de las clases cada vez más cerca. Por el lado del Gobierno, la estrategia para estos días es «reforzar la comunicación» sobre la cláusula gatillo y que el mensaje llegue con claridad a los docentes, al margen del filtro de la dirigencia gremial.

El Gobierno no lo dice, pero en sus cálculos ya contempla como una posibilidad que la inflación supere en la segunda mitad del año el aumento del 15,7 por ciento que ha ofrecido para todo 2018. En este escenario, paradójicamente, el pronóstico de una inflación superior al 15,7 por ciento puede ayudar a convencer a los docentes de dar el sí en la paritaria.

Hasta junio, según la oferta del Gobierno, los docentes habrán recibido 10,2 por ciento de suba, equivalentes a dos cuotas. La tercera cuota, del 5,5 por ciento, se pagará recién en noviembre.

De ese modo, las expectativas inflacionarias jugarán un rol importante en la definición de la paritaria con los docentes. Hasta las fechas coinciden: el 15 de febrero, o un día antes de la reunión en la Subsecretaría de Trabajo entre Gobierno y SUTE, la DEIE provincial dará a conocer el costo de vida de enero.

Si bien no hay ningún dato todavía, se espera un porcentaje del 2 por ciento como mínimo para el primer mes del añopor los aumentos de servicios de fines de diciembre y su impacto en alimentos y bebidas en enero. De entrada, será un desafío fuerte que el resultado anual no vulnere el 15,7 por ciento.

Una «sorpresa» al final

Casi todos los gremios de empleados estatales aceptaron antes de que terminara el año el 15,7 por ciento de aumento y la cláusula gatillo.

El SUTE estiró para febrero la definición y el calendario escolar ahora coloca el momento de la definición muy cerca del inicio de clases: los docentes votarán la oferta oficial recién en la penúltima semana de febrero.

Esto quiere decir que, entre la respuesta gremial y el inicio de clases, habrá menos de siete días. Probablemente para entonces haya un plan de lucha lanzado desde el gremio, ya que el SUTE ha adelantado que considera «insuficiente» la oferta.

En el intérvalo, la guerra de números se ha instalado. El SUTE ya redujo el aumento de 2018 al 8 por ciento, ya que en 2016 hubo un desfasaje de 7 puntos entre el aumento y la inflación. El Gobierno en cambio dice que esa diferencia es menor y buscará hacer jugar el bono de 7.000 pesos que dio a fin de año.

Por otro lado, el Ejecutivo se guardará apenas una sorpresa para las últimas reuniones:ofrecerá ayudas económicas para compra de útiles (docentes) e indumentaria (celadores) bastante más importantes que las presentadas hasta ahora. Los montos actuales son de 1250 pesos y 1400 pesos, respectivamente.

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