El pequeño tenía 12 años y jugaba en un árbol con una soga. Investigan el caso. Consternación en la comunidad educativa de San José.
La muerte de un niño de 12 años conmociona a toda la comunidad del distrito de San José en Tupungato.
Según declaraciones de personas cercanas a la familia, el chico jugaba con su hermano menor en un árbol durante la siesta de ayer, cuando -por razones que aún se investigan- terminó ahorcado por una cuerda.
El hecho ocurrió cerca de las 15 de ayer. Habría sido el pequeño de 9 años el que corrió a pedir auxilio a un vecino del barrio. El hombre trasladó enseguida al chico en su vehículo particular hasta el hospital General Las Heras, que se encuentra a unos ocho kilómetros de San José, en la villa cabecera tupungatina.
Algunas de las personas que se acercaron ayer al hospital a acompañar a la familia en el difícil momento, aseguran que el niño llegó respirando al nosocomio y luchó por su vida por más de una hora. Sin embargo, el cuadro era muy complejo y antes de las 17 el chico falleció.
Desde la departamental Tupungato de la Policía, buscaron ser muy cautos con el caso, sobre todo porque se trata de un tema muy sensible para la comunidad local.
«Todavía los efectivos de Científica están trabajando en el caso y buscando pruebas. No se puede dar ninguna conclusión apresurada», apuntó una fuente policial, quien dijo que todavía no se descarta que el hecho haya sido un suicidio.
Al parecer, los hermanitos estaban solos en su casa, pues a esa hora sus padres se encontraban en sus respectivos trabajos. Según trascendió, el menor está muy shockeado por lo sucedido.
La noticia ha impactado fuertemente en la comunidad de la escuela Vicente Gil de San José, cuyas autoridades decretaron asueto por duelo para la jornada de hoy. Padres, alumnos y docentes estaban decorando de blanco y celeste el establecimiento, con la alegría de prepararse para el acto del Día de la Independencia que iba a realizarse hoy, cuando recibieron el terrible mensaje.
En la institución están consternados. Este alumno de séptimo era muy querido, «y había estado ensayando con entusiasmo el pericón con el que iba a lucirse en el acto. Estaba feliz», refirió emocionada una docente.
El momento en que ocurrió, con las vacaciones en puerta, privaron a la escuela la posibilidad de implementar apoyo psicológico para ayudar a los amiguitos del curso a transitar esta dolorosa situación.
