En total fueron 16 las personas detenidas por el allanamiento que se realizó este martes en el casino clandestino que funcionaba en un restaurante y billar en Ciudad. El local estaba frente a una comisaría y los sospechosos fueron imputados, pero liberados. Allí, en un sector VIP, funcionaban mesas de apuestas para juegos clandestinos de póker y dominó. Cuándo funcionaba, cómo hacían para apostar para no llamar la atención y qué secuestraron.
El caso comenzó a ser investigado hace un par de semanas por el fiscal Hernán Ríos, de la Fiscalía de Delitos Económicos. En su turno ingresó una denuncia desde Juegos y Casinos porque tenían la sospecha que en un negocio funcionaba de manera ilegal un lugar de juegos y apuestas.
El local señalado era El Establo, ubicado en calle San Martín al 2633 de Ciudad, frente a la Comisaría Cuarta. Bajo las órdenes del letrado, los policías de Investigaciones realizaron las tareas pertinentes para confirmar si en dicho sitio se estaba bajo la comisión de un delito.
De esa manera, tras varias tareas de inteligencia, seguimientos y relevamientos de pruebas, los efectivos de Delitos Económicos realizaron la medida dispuesta por el fiscal y este martes allanaron el casino clandestino.
Los policías detuvieron a 16 personas (todos hombres), confiscaron 800.000 pesos en efectivo, más de 1.000 dólares, un disco DVR, 35 mazos de naipes, 12 juegos de dominó, fichas para póker y dos mesas para ese juego de azar.
Además secuestraron una pistola calibre 380 Bersa Thunder con ocho proyectiles. El dueño del lugar, identificado como Mateo González (70), quedó señalo como organizador de las partidas y el arma le pertenecía por lo que iban a verificar si tenía la documentación para habilitar su tenencia.
Cómo funcionaban las mesas de apuestas
Al entrar, los efectivos y autoridades judiciales se encontraron con los 16 sospechosos y dos trabajadoras del negocio que hacía las tareas como moza y cajera, respectivamente. Pero además, al fondo del salón, un par de sujetos que hacían las veces de «patovicas» o «acomodadores».
Estos individuos eran los que le permitían el acceso a las personas que estaban interesadas y eran habituales de jugar por dinero. Ellos dejaban pasar a los hombres a un salón «VIP» donde se apostaban grandes de dinero.
El casi millón de peso que secuestraron en total eran parte del dinero que «circulaba» durante las diferentes partidas. Cuando irrumpieron al sector «VIP», en la mesa de póker habían solamente tres hombres y con dinero sobre el paño verde. Si bien eran pocos en ese instante, sospechan que a la mesa se iban a sumar más personas porque, generalmente, en dichas rondas, suelen participar cerca de diez jugadores.
En otro sector, arriba de una barra en una especie de entrepiso, se encontraban los otros 12 clientes que estaban jugando al dominó. Según detallaron fuentes judiciales, en esa mesa no había dinero visible -para no llamar la atención con una supuesta apuesta por plata- pero si había un hombre con un cuaderno.
¿Qué hacía ese sujeto allí? era el encargado de anotar las jugadas, las apuestas y los montos que cada uno de ellos decidía dar en caso de ganar o perder con las fichas. Este hombre tenía unos 80.000 pesos en efectivo en caso de tener que pagar o dar dinero tras las jugadas.
Así era como funcionaba el casino clandestino pero, al ser un delito excarcelable, todos quedaron en libertad pero acusados e imputados por organizar juegos clandestinos.
