La fría noche de verano en Uspallata no pudo empañar un cierre inolvidable para los artistas y la multitud de espectadores que agitaron a más no poder cada show de la 28° edición del Festival de Alta Montaña.
La fiesta popular más elevada en la geografía de nuestro país concluyó este domingo con la actuación de Luciano Pereyra, quien entregó unos tres temas de su último disco, La vida al viento, junto a los hits requeridos por sus fans. Los fieles seguidores del cantautor lujanino pasaron largas horas desde el mediodía esperándolo.
Eligió Llegaste, canción de su última placa La vida al viento, para iniciar su show a la una de la madrugada de este lunes, que quedará en los anales del festival entre los más convocantes y luminosos de su historia.
Entre sus hits, Luciano interpretó esos que hacen delirar a la platea como Y así, así, Chaupi corazón y el medley con Celos, Perdóname y Porque aún te amo. La gente del valle de Uspallata y los visitantes cerraron de este modo una velada para el recuerdo, cargada de fiesta y tradición.
Las cuecas, gatos, tonadas, zambas y chacareras subieron el volumen tan alto como las mismísimas montañas que rodean el lugar. Y fue a través de agrupaciones mendocinas que reafirman su talento y calidad artística.
La apertura ya marcaba el rumbo para llegar a la cumbre con Los Chimeno, la banda local de mayor exposición en la actualidad que recorren el país en un verano de consagración tras 20 años de carrera.
La Rienda viene siguiendo esos mismos pasos con la refrescantes versiones del cancionero popular. Y así fue ovacionado el grupo por la gente uspallatina.
El cierre de esta edición contó nuevamente con las intervenciones humorísticas del dúo Venancio y Chingolo. Y agrupaciones como Los Hermanos Veas, Sueños Cuyanos y Amuleto reivindicaron las raíces del folclore cuyano.
El Festival de Alta Montaña despidió a lo grande su temporada, revitalizando su presencia en la grilla festivalera de la región. Con una estética renovada y bajo el concepto de acunar la historia de la cultura uspallatina, esta fiesta dejó por sentado que su crecimiento no tiene techo. Tal como el pueblo que la engendra.
