La caza de las catas en zonas productivas fue frenada por un recurso de amparo

Lo presentó la fundación Cullunche, que asegura que no hay datos concretos que confirmen la necesidad de combatir la especie.

El 29 de junio, a través de la resolución 805 publicada en el Boletín Oficial, Mendoza habilitó la temporada de caza de catas en zonas productivas afectadas por estas aves que se convirtieron en plaga.
Sin embargo, rápidamente la fundación Cullunche presentó ante la Justicia un recurso de amparo para evitar que esta medida se aplique, asegurando que no existen datos concretos de que la especie genere las pérdidas que los productores aducen.
Además, Jennifer Ibarra, titular de la fundación, aseguró que tampoco hay estudios que informen sobre la edad de los frutales, cuánto se pierde por heladas, cuánto por granizo, qué plagas los afectan y a eso sumarle el tema de las catas.
Por su parte, la Secretaría de Ambiente y Ordenamiento Territorial informó que «Por el momento se está elaborando la respuesta para el recurso de amparo.
La resolución que habilita la caza de catas en San Martín, Rivadavia, Junín, Maipú y Luján de Cuyo fue a partir de los reclamos del sector productivo agrícola de Mendoza, que hace tiempo asegura que la cata es una especie perjudicial y dañina para la producción.
La caza de las catas en zonas productivas fue frenada por un recurso de amparo2
El informe oficial de la resolución plantea que esta especie causa daños importantes en uvas, almendros, ciruelos, olivos, duraznos y damascos.
Entre los mecanismos de control de la especie, la normativa contempla desde la extracción de nidos, pasando por métodos disuasivos por sonidos, biorrepelentes derivados de sustancias vegetales y la utilización de láser, hasta la caza del animal.
 Hacer un censo
La titular de la fundación Cullunche, Jennifer Ibarra, aseguró que lo ideal antes de aprobar este tipo de resoluciones sería hacer un censo, finca por finca, para corroborar el daño que causan las catas a la producción.
«Puede llevar dos o tres temporadas desde que empiecen a florecer los brotes, pero por ahí resulta que las pérdidas por las catas son pequeñas porcentualmente hablando en comparativa, por ejemplo, con el granizo y más vale indemnizarlos a los productores que ponerse a matar catas», expresó Ibarra.