Ana Paula Gutiérrez, presidenta de la Específica de Turismo de la Cámara de Comercio de Malargüe, realizó un balance de la temporada turística invernal, que luego de este fin de semana entrará en temporada baja.
En el año en que volvió la actividad, suspendida por la pandemia de coronavirus, y que luego de este fin de semana ingresará en temporada baja.
La empresaria aseguró que el recuento «es positivo», apuntalando su análisis al mencionar que «el año pasado no tuvimos nada» de actividad turística, debido a las limitaciones impuestas para prevenir contagios por coronavirus.
La licenciada Gutiérrez precisó que la ocupación hotelera en julio y primeros días de agosto fue inferior al 80%, teniendo en cuenta que los establecimientos por protocolo, no podían operar con toda su capacidad, lo que ubica un número considerablemente menor, en algunos casos hasta el 60%.
A pesar de estos guarismos, Ana Paula Gutiérrez reafirmó que igual «fue positiva» la temporada alta, e incluso dijo que «podría haber sido superadora», dejando abierta la posibilidad de trazar estrategias conjuntas entre los sectores público y privado, que permitan asegurar una temporada de verano «exitosa y poder sostener emprendimientos», que lograron sortear los embates económicos que ha generado la pandemia.
Entre los aciertos y ventajas que permitieron que la actividad desde su reapertura se mantuviera, está el fenómeno del turismo de cercanía, remarcando lo importante que es el nuevo tramo de Ruta 40 Norte, que une en distancia y tiempo a Malargüe con el Gran Mendoza, un gran centro emisor de visitantes, que fueron los que sostuvieron la temporada de verano 2021 y está que aún continúa.
Sobre la gastronomía, asociada directamente con el turismo, Gutiérrez opinó que «aún la capacidad es reducida, comparada con las camas que posee el departamento, algo que ha sucedido en toda la provincia», para aseverar que la buena comida sigue siendo uno de los pilares del turismo, una gastronomía regional desarrollada por el chivito y el cordero, aunque destacó «el producto papa, que muchas veces no está en valor».
Sobre la papa, indicó que desde hace décadas es sinónimo de «salubridad en la Argentina, además de ser una de las guarniciones elegidas por millones de argentinos, además de ser un alimento insignia de la cocina Latinoamericana, en especial la Andina», motivos más que suficientes para «ponerlo en valor», un producto que tiene que ver con la historia agrícola de Malargüe.
