Gustavo Damián Cosimano Angelini tiene 46 años y es conocido con un apodo que hace referencia a un rasgo particular que tiene en su rostro. Debajo del ojo izquierdo tiene tatuado el dibujo de unas lágrimas y por eso su apodo es «Lagrimita». Está acusado de varios hechos delictivos cometidos en la vía pública, sobre todo, robos a mano armada en Ciudad. En las últimas horas fue capturado en una casa de Godoy Cruz y fue trasladado al penal. En marzo ya había quedado apresado por asaltar a una ayudante fiscal que iba en bicicleta frente a un barrio privado pero quedó en libertad.
El sospechoso también es conocido como el «Mecha» y los testigos de los diferentes robos lo describían como una persona de 1.70 metros de altura, delgado, de tez trigueña, pelo corto y negro y con una lágrima tatuada debajo del ojo izquierdo. Esas personas habían sido atacadas en la vía pública en las zonas del barrio Sanidad y Champagnat, ambos ubicados frente al barrio privado El Dalvian.
En las últimas semanas, a plena luz del día, atacó nuevamente a una chica que estaba por entrar a un gimnasio que está situado en el complejo comercial Lomas. En ese momento, según la instrucción, la mujer fue amenazada con un arma y el autor le sacó el celular.
Luego escapó y la víctima hizo la denuncia correspondiente. Allí describió al autor y dio sus rasgos característicos. Además, el individuo quedó registrado en unas cámaras de seguridad del complejo.
Una vez que obtuvieron los datos de las cámaras, revisaron las características y datos del individuo y realizaron una comparación con la base de datos policial, los pesquisas determinaron que el autor era el «Lagrimita».
Luego de realizar las tareas de seguimiento y vigilancia, personal de la Unidad Investigativa de Capital marcó los domicilios del sospechoso. Con colaboración de la División de Robos y Hurtos de Investigaciones, marcaron el domicilio ubicado en la manzana B del barrio San Vicente de Godoy Cruz.
El fiscal Blanco, luego de analizar las pruebas, requirió las medidas para hacer los allanamientos y de esa manera fueron en busca de Cosimano. Tras la medida judicial, el sospechoso de los robos fue reducido y capturado en las últimas horas en su casa.
Tras ese procedimiento, fue trasladado a sede judicial donde lo imputaron por el robo agravado y el fiscal ordenó su traslado a la penitenciaría provincial, situación que se iba a efectivizar en las próximas horas, informaron.
Detenido en febrero por asaltar y robarle una bici a una ayudante fiscal
Gustavo Cosimano era investigado desde hace tiempo cuando en enero de este año protagonizó un asalto a mano armada a una mujer en la Avenida Champagnat, misma zona donde cometió otra gran cantidad de robos.
En esa oportunidad, el malviviente sorprendió a la víctima, una ayudante fiscal, mientras circulaba en una bicicleta Top Mega gris y azul. Luego de amenazarla con un arma le sustrajo el rodado y escapó. La denuncia la realizó en la Oficina Fiscal N°2 del barrio Cano, en sede de la Comisaría Sexta.
Allí, un testigo que observó el hecho, aportó las características del supuesto autor y, como la víctima, explicaron que el autor tenía colocada una camiseta de un club de fútbol que tenía rayas verticales rojas y blancas. Las cámaras de seguridad confirmaron esos dichos.
Tras las averiguaciones, confirmaron que dicha camiseta era la alternativa del Club Sportivo Independiente Rivadavia. Y el testigo explicó que el individuo ya había cometido hechos similares a otros ciclistas en la misma calle y que era de apellido Cosimano.
Además, tras los testimonios, también supieron que el delincuente tenía tatuado un escudo de la Lepra en el brazo izquierdo y unas lágrimas en la mejilla izquierda. Tras averiguar en la base de datos y ver las coincidencias con las características aportadas, confirmaron que se trataba del mismo sujeto: el «Mecha».
El sospechoso posee varios antecedentes penales entre los que se encuentran robos agravados, infracción a la ley de estupefacientes, portación ilegal de arma de fuego, hurto agravado, encubrimiento y otros hechos delictivos.
Fue en ese entonces, a fines de febrero, que lo capturaron en su casa del barrio San Vicente. Tras quedar a disposición de las autoridades judiciales, quedó en libertad. En aquella oportunidad, como tuvieron el dato de que actuaba con un cómplice, supieron que Cosimano actuaba con un cómplice conocido como «Mota» y de apellido González.
Este sospechoso, con domicilio en el Asentamiento 23 de Febrero (conocido también como Asentamiento 12 de Mayo), muchas veces le daba lugar en su casa para que el «Lagrimita» se escondiera de los policías. Sin embargo, en los últimos hechos, Gustavo Cosimano había actuado en soledad y por ese motivo no detuvieron al supuesto cómplice.







