Tres años pasaron desde la última vez que Abel Pintos ofreció un concierto de estas características en Mendoza, donde la intimidad de su música se incrustó en el corazón de sus seguidores. Valió la pena la espera ya que se pudo apreciar en escena a un artista de raza, esos que no abundan.
Durante dos horas y media, el bahiense montó un espectáculo dividido en dos partes en el que sonaron los clásicos, esos que enamoran a sus fans, y las canciones nuevas de su disco «11», que marca la autenticidad de un artista consagrado.
Sencillez y entrega, la esencia de Abel
Despojado de una imponente escenografía y acompañado por excelentes músicos, Abel demostró en escena que artista no se hace sino que se nace. Lo demostró desde sus fibras íntimas, con interpretaciones que hicieron estremecer a los presentes, en su mayoría mujeres.
Sin rodeos, el músico ofreció un show que no aburrió, que conquistó y enamoró simplemente con canciones compuestas desde su experiencia, canciones que marcan las emociones de un ser que ya lleva 22 años pisando escenarios y que tiene claro hacia donde va.
La entrega de Abel fue absoluta, desde la primera hasta la última canción, todas interpretadas desde sus entrañas. Pocas veces se ha visto sobre los escenarios locales a un artista como este, un hombre que con sencillez y humildad se ha convertido en un verdadero artista, ese capaz de demostrar que sus emociones son como las de uno, con alegrías y tristezas.
«En muchas oportunidades, mis canciones han sido escritas a partir de mis experiencias, por eso me entrego de un modo diferente en varias de ellas, porque si bien las escribí en un determinado momento de mi vida, siempre vuelve el recuerdo, el sentimiento», aseguró y, sin muchos rodeos, interpretó «Una razón», que hizo estremecer a los presentes.
Valió la pena esperar tres años, valió la pena la distancia ya que el reencuentro fue perfecto, el de un artista que conquista con su prosa, su poesía y un público que responde con la satisfacción de haber disfrutado de un excelente show.
Abel volvió a Mendoza y demostró que la química con sus fans sigue intacta. Sus canciones penetraron en el corazón de muchos y su esencia se hizo sentir, una vez más, en el escenario local.