38 personas murieron en el fuerte sismo de magnitud 6,2 que sacudió la madrugada del miércoles el centro de Italia, un número que podría aumentar debido a que decenas de personas se encuentran atrapadas debajo de los escombros en la numerosoas localidades devastadas.
«La situación es dramática. Hay muertos y edificios destruidos. No logramos sacar aún la gente», declaró conmovido Stefano Petrucci, alcalde de Accumoli, una localidad cercana al epicentro del sismo.
El terremoto, que se sintió en Roma y Venecia, despertó a la población durante la madrugada.
El epicentro fue localizado cerca de Norcia, una ciudad de la región de Umbría, a unos 150 km de Roma, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS)
El jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, confirmó a la prensa que «muchos edificios quedaron destruidos» en muchas localidades y que se teme por la vida de sus habitantes y se negó a dar por ahora un balance del número de víctimas.
Las autoridades de las pequeñas localidades de Amatrice y Accumoli, en la región del Lacio, y Arquata del Tronto, en la región de Marcas, las tres más afectadas por el sismo, confirmaron que se han extraído al menos 18 muertos de los escombros.
Las imágenes que transmite la televisión resultan dramáticas, con cúmulos de piedra, derrumbes, edificios agrietados y casas reventadas por el movimiento telúrico.
Según la agencia italiana de noticias AGI al menos cien personas están desaparecidos bajo los escombros.
Buena parte de los habitantes de las localidades más afectadas deambula por las calles, sin casa, completamente choqueada.