El despacho que también se usa como dormitorio

En lo que debía ser dependencias de dos legisladores del FIT aparecieron colchones y otros elementos extraños. Dicen que quedaron allí después del “acampe” de ATE.

Una arquitecta y una escribana fueron a una oficina de la Cámara de Diputados. Llegaron a constatar el estado general del inmueble y del mobiliario propiedad de la Cámara. Entre escritorios, sillas, calefactores y aparatos eléctricos, se cuentan tres colchones sin número de inventario.

Efectivamente, esos tres colchones no son propiedad del Poder Legislativo pero aún están allí, en la oficina que ocupaban dos diputados del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT), Héctor Fresina y Martín Dalmau.

En la política hay historias que se comentan discretamente para relajar. Desde el 14 de junio, cuando la arquitecta y la escribana fueron a la oficina, la presencia de los colchones se sumó a la colección de relatos.

Seguramente la imaginación puede ofrecer jugosas conjeturas a la aparición de colchones en una oficina pública que hoy cuesta a la Legislatura 7.700 pesos por mes de alquiler. Uno de los titulares de la oficina, Fresina, dijo que están ahí desde el acampe que hizo ATE en la Legislatura para el 1 de mayo pasado.

Dalmau ya no es diputado. De hecho la visita de la arquitecta y la escribana fue para destinar una parte de esa oficina a un legislador que ingresó en mayo pasado, Lautaro Jiménez, también del FIT.

Caben todas las aclaraciones. El FIT está conformado por dos partidos enrolados en el “trotskismo”: Fresina y Dalmau son del Partido Obrero, Jiménez es del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS).

La oficina está en el primer piso de Patricias Mendocinas 1242. En realidad es un departamento. Una parte aún la usa Fresina como su despacho; la otra la usaba Dalmau y actualmente la usa Jiménez. El alquiler se ajusta una vez al año. En mayo costaba 5.100 pesos; a partir de junio cuesta $ 7.700.

En los pasillos legislativos se imaginaron las más insólitas explicaciones, incluidas las más picantes; la realidad es menos imaginativa o, Fresina no es tan imaginativo o su explicación le da un toque épico y rebelde a la presencia de los colchones: fueron parte de la resistencia de los trabajadores al gobierno del “ajustador” Alfredo Cornejo.

El 29 de abril llegaron los de ATE a la Legislatura, instalaron carpas sobre calle Patricias con la intención de quedarse hasta el 1 de mayo, cuando el Gobernador iría a la Casa de las Leyes a dar su discurso de apertura del período de sesiones ordinarias.

Algún problema logístico impidió que se llevaran esos tres colchones y ahí están todavía. Nadie de ATE se los ha llevado. Desde entonces, la oficina legislativa funciona como depósito de los pertrechos de lucha estatal.

La oficina del prosecretario

La oficina menos pensada y su historia se cuenta con cierta sorpresa. No hay gasto en alquiler porque está ubicada en el subsuelo del edificio legislativo. Allí tuvo oficina el ex prosecretario de bloque de senadores Leonardo Cairone, actualmente presidente del directorio de la Empresa Provincial de Transporte (EPTM).

El secretario y prosecretario de cada bloque ofician como jefe y subjefe administrativo de cada bloque, por lo que no es extraño que tengan oficina propia, aunque también hay casos en que las comparten con asesores de bloque.

Lo extraño es que ese trabajo de “jefatura administrativa” de bloque de senadores del radicalismo lo hacían y hacen actualmente dos personas: Roberto Alma y Rodolfo Tieppo. Ambos tienen oficina muy cerca de las autoridades de bloque, a quienes deben reportar.

Espacio propio

El edificio legislativo que está al lado de la histórica Legislatura es el lugar donde reside la mayor parte de las oficinas. En el subsuelo estaba Cairone, lejos del segundo piso que ocupa el bloque radical. Se habla de un cubículo austero y una pequeña recepción con sillones.

Algunos dicen irónicamente que se instaló en el solitario subsuelo para “estudiar el sistema de transporte de Mendoza”.

El particular hallazgo de ese espacio fue casi de casualidad, en noviembre pasado, cuando los legisladores que llegaron andaban buscando lugar dónde instalarse con sus colaboradores.

 

Fuente Los Andes