Tensión en el Bósforo
La insurrección militar duró varias horas. El mandatario desapareció por momentos pero luego regresó triunfal a Estambul. “Lo pagarán caro”, advirtió. El saldo es de 90 muertos, 1100 heridos y 1500 militares arrestados.
Turquía pasó la noche inmersa en el desconcierto y la confusión, en medio del estruendo de bombas y disparos y una lluvia de versiones contradictorias que se sucedieron sin pausa desde el anochecer, luego de que un grupo de militares anunció que había tomado el poder y decretado un toque de queda y la ley marcial. Minutos después, en un mensaje por teléfono celular a un canal de TV, el presidente Recep Tayyip Erdogan llamó a la población a salir a la calle y resistir lo que definió como un “intento de golpe de Estado”.
Ya amanecía en el país cuando el gobierno dio por fracasada la asonada militar. Sin embargo, aunque voces oficiales afirmaban que la situación estaba controlada, el escenario era tenso y altamente confuso. Todavía había focos de resistencia y continuaban las dudas sobre el paradero del jefe del Estado Mayor.